Spacebound Halloween
Este pasado Halloween nos hemos ido a la luna! O mejor dicho, hemos preparado el despegue a tope pero… “Houston tenemos un problema!”… en el ultimo momento se me pusieron los dos pequeñines súper maluchos, con un gripón de caballo además de que cayeron chuzos de punta en Halloween y tuvimos que abortar la misión callejera…
En cualquier caso, la preparación y el resultado merecieron totalmente la pena! Los peques aprendieron a resolver problemas y a ser flexibles cuando se presentan circunstancias adversas, se lo pasaron pipa ayudando con los disfraces y ya no te quiero contar poniéndoselos, metiendose a tope en el papel de astronautas y haciendo trick or treat por todo el edificio!
Empezamos con la idea: ambos chiquitines querían ser astronautas así que decidimos que lo mejor, para hacerlo un family affair en toda regla, era que ellos fueran astronautas, yo la luna y el padre un marciano (cabe resaltar que el marciano en cuestión se rajó en el último momento a pesar de tener un traje verde súper chulo… le pudo la vergüenza y la timidez!).
Como no quería gastarme mucha pasta en los disfraces pero tampoco quería que me salieran chapuzas, después de pensar mucho y evaluar las posibilidades (snowsuits de segunda mano para pintar, hacer todo desde el principio… etc) decidí comprar dos pijamas enteros “footies” en blanco que me venían genial para vestirles abrigaditos por debajo en caso de que hiciera frío, (que lo hizo) y que también pudiera reciclar para utilizar después de halloween.
Compre también unos parches de la NASA y tela de Lycra spandex en lamé plateado
Con esto me dispuse a coser sus trajes. Fue fácil. Decidí que para poder reutilizarlos más fácilmente la solución era no coser los parches y el lamé a los pijamas, si no pegarlos con cinta adhesiva doble especial para ropa (de las que nos ponemos las chicas cuando llevamos un escote muy abierto y no queremos que se nos vea hasta el ombligo, sabéis?) y así pude avanzar mucho más rápidamente en los disfraces. Lo que sí me tocó coser, porque no quedo otra, fueron los “calcetines” de lamé que les hice para cubrir sus botas y hacerlas también plateadas… eso me llevó un par de horas entre sacar el patrón, cortar y coser los dos pares pero una vez puestos quedaron ideales!
La parte que llevó más tiempo de todo fueron los cascos. Decidí hacerlos de papier maché y la verdad es que me quedaron bien pero no tan perfectos como me hubiera gustado. Para hacerlos utilice dos globos, cola blanca de pegar, papel de periódico, papel de escayola, dos tapas redondas de helado (para el efecto de los auriculares), pintura plateada y unas tiras de luces LED de colores para pegarlas a los cascos…
El caso es que al mismo tiempo que me dediqué a hacer los cascos se me ocurrió la genial idea de hacer mi cuerpo de Luna también de papier maché lo cual me llevó mucho tiempo y produjo resultados desastrosos…
Utilicé un globo gigante para darle forma a mi cuerpo de Luna pero, falta de experiencia, no usé el típico armazón de alambre de gallinero que es el que da fortaleza a la estructura, así que en cuanto se empezó a secar la escayola se colapsó toda la esfera y tuve que tirar el cuerpo de Luna a la basura… un completo desperdicio de trabajo y materiales! Eso sí, los peques se lo pasaron de gloria ayudándome con la escayola al lado de la piscina!
Los cascos si aguantaron y subsistieron el proceso de secado aunque la verdad es que al dejarlos a secar apoyados en el suelo, hubo cierta deformación de la estructura… pero bueno, daban el pego que era lo importante!
Cuando se acabaron de secar los cascos les apliqué pintura plateada y les pegué las cintas de luces LED, además de ponerles un poco de espuma de cojín por dentro para hacerlos más cómodos y que se ajustaran mejor a sus pequeñas cabezas… el resultado final quedó gracioso y obviamente casero cutrelux!
Para solventar el problema de mi cuerpo de Luna, decidí comprar un traje entero plateado y acompañarlo de una peluca vieja blanca y una cartulina grande a la que corte un círculo que pintamos entre todos con pinturas de manos en gris, blanco y tonos morados para darle el efecto de manchas lunares…
Finalmente y para completar el atuendo de los peques se me ocurrió usar unas cajas de cartón de cereal a las que les adherí dos botellas plásticas. Pinté todo de plateado, le añadí unos tirantes con unos retazos del lamé plateado, escribí los normbres con plantillas en negro y decoré los “jet packs” con llama de fuego hechas de papel de gomaespuma… el resultado fue logradisimo y quedaron genial!
A pesar de las gripes, los aguaceros y todas las adversidades, los pequeñajos tuvieron la oportunidad de experimentar de nuevo con materiales, desarrollar su creatividad y sus artes manuales, pasárselo pipa diseñando y planeando sus disfraces, ir a recoger calabazas en el patio del cole, pasear por El Barrio y recolectar una tonelada de caramelos y regalitos haciendo trick or treat en el edificio (practica que me parece buenísima para exponer a pequeñines tímidos y altamente sensibles como Adrián a relacionarse con extraños de una forma relajada y divertida)!
Por varias razones y por varios acontecimientos en mi vida siempre he rehuído de las celebraciones de Halloween, he preferido no participar en ellas y permanecer en casa recogida con mis recuerdos y pensamientos… hasta que tuve niños y en ese momento me eché la manta a la cabeza y pensé que la vida se celebraba viviéndola y la muerte viviendo la vida aún más! Estoy segura de que las personas amadas que nos faltan y se fueron nos guardan y nos mandan gotitas y señales, a veces en forma de risas de niños, para hacernos saber que quieren que les celebremos en alegria… y así he hecho! Desde que nació Adrián y después Gabriel Halloween es un día especialmente lleno de significado para mi: recuerdo a los que amé y se fueron y disfruto en vida con los que amo y me rodean! Happy Halloween!!